Por Abi Rico
«Si me ama de verdad, cambiará por mi y otras mentiras que quieres creer»
Había una vez, una chica, era buena onda, linda, compasiva, divertida, tierna, bondadosa, le gustaba reír fuerte, salir con sus amigas, ir al cine, hablar de mil cosas, también salir a caminar, disfrutaba de su música, a veces pintaba su cabello de colores, su cabello olía a flores , le gustaba elegir su ropa con emoción cada día, maquillarse o no según sólo ella sabía y por supuesto: viajar.
Un día conoció a alguien… parecía alguien normal, común. Ella quedó flechada por él.
Al paso del tiempo se dió cuenta que aquel personaje no era el príncipe que imaginó, era más bien lo opuesto a un príncipe. Así que comenzó a idear un plan maestro e infalible: con su amor, comprensión y bondad ella ayudaría a cambiar a este personaje para que se transformara en todo lo que ella siempre había soñado de una pareja.
¿Crees que le funcionó?
Si tu respuesta fue ‘si’, lamento informarte que eso sólo pasa en las películas de castillos, dragones y vestidos mágicos.
a) Las personas no cambian sólo porque a nosotros no nos parece, o para que se acomoden a NUESTROS gustos o NECESIDADES.
b) ¿Por qué si ya viste que es lo contrario a un príncipe, te empeñarías en cambiarlo? ¿con qué fin? ¿para no quedarte sola? ¿por miedo a no encontrar «al indicado»?
Desafortunadamente por las calles podemos encontrarnos a la chica y al opuesto de lo que ella piensa que debería ser un “príncipe”, caminando tomados de la mano.
Ella, dejando pasar malos tratos, manipulaciones, palabras hirientes, chantajes, celos, uno que otro empujón, en ocasiones la ley del hielo, otras… le grita; pero bueno, no pasa nada, o trata de convencerse a sí misma que no pasa nada, porque él vale la pena, porque vió un poco de bondad en él y esta dispuesta a luchar por su cuento de hadas y la medicina mágica es darle una porción de su puro y bello amor; esperando y con la fe de que un día se convierta en el príncipe soñado.
Las buenas cualidades e intenciones que tú tengas ocúpalas y enfócalas en hacerte crecer a ti, alimentar tu amor propio, tus metas, tus sueños, porque, aunque tus intenciones sean buenas con aquel opuesto a príncipe; se necesita más que amor, esperanza y buenos deseos para cambiar conductas violentas, pensamientos machistas y patrones tóxicos en alguien.
Amiga lectora no desperdicies tu tiempo, energía y belleza interior, tratando de cambiar o modificar a alguien, ya que la historia puede tener 3 finales:
1. El príncipe que no existe, se enamorará de una chica de otro cuento que también tratará de abrazarlo con dulzura reparadora (¡suerte con eso! guiño, guiño).
2. De tanto tratar que alguien cambie, la que cambiará serás tú, apagando tu brillo y tu belleza exterior e interior.
3. Tu propio feliz para siempre: elige forjar un futuro profesional y laboral, pasar tiempo con tu familia, estar con sus amigas y amigos, elige tu bienestar mental y emocional antes que el de alguien más.
¿Cuál es tu final feliz?
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